La técnica de papeles al engrudo o “empastados”, tiene su antecedente más remoto en las pinturas que empleaban los denominados “naiperos” los fabricantes de cartas de juego, que probablemente empleaban para decorar sus cartas.
Hasta la segunda mitad del siglo XVII, las cartas llevaban el dorso en blanco. A partir de ese momento se comenzaron a imprimir los reversos con el fin de dificultar que los jugadores adivinasen las cartas de sus oponentes. Según menciona Albert Haemmerle solo se tiene conocimiento de este tipo de pintura al engrudo hacia el año 1600 y los primeros papeles conservados realizados con esta técnica no han podido datarse antes de 1650. Para preparar el engrudo, utilizaban harina o almidón cocido en agua creando una pasta a la que posteriormente se le añadían pigmentos. Es a partir de finales del siglo XVII cuando esta técnica comienza a atravesar su periodo de mayor esplendor.
El almidón es la sustancia de reserva alimenticia predominante en las plantas, y proporciona el 70-80% de las calorías consumidas por los humanos. Sea almidón de maíz o de patata (también llamados féculas) o de arroz o de trigo, sus moléculas, al calentarse en agua, cambian de estructura formando un gel: el engrudo. Este tiene propiedades que permiten emplearlo como pegamento, como lo hacían los encuadernadores de siglos pasados, que tenían que hacerse sus propios utensilios y materiales. Muy pronto descubrieron que también podían teñir el engrudo y prepararse sus propias guardas de encuadernación, multicolores y encantadoras.
En este taller aprenderemos cómo se preparan los cuatro tipos de engrudo que manejaremos: maíz, trigo, patata o arroz; que propiedades tiene cada uno de ellos; cómo y con que pueden diluirse para utilizarlos en esta técnica; con que colorantes o pigmentos pueden teñirse; el funcionamiento de la técnica que consiste en ir retirando con diversos e infinitos útiles el engrudo teñido extendido previamente sobre el papel y que patrones o tipos de diseños se pueden lograr con todos estos “mimbres”, papeles embadurnados, plegados y extendidos, impresos, esponjados y salpicados.
Maestro de los papeles decorados, el marmoleado se convirtió en su pasión que no sólo le llevó a comercializar sus papeles, sino también, a realizar trabajos de investigación sobre esta técnica que trata de divulgar gracias a su trabajo como profesor en instituciones públicas y centros privados. Ha publicado artículos en libros y revistas especializadas y ha impartido conferencias y demostraciones tanto en España como en el extranjero.
Organizó con gran éxito la exposición “EL PAPEL DECORADO, técnicas tradicionales y creación contemporánea” en la Imprenta Municipal de Madrid.
Es el autor del libro “EL MARMOLEADO, del papel de guardas a la obra de arte”, editado por Ollero y Ramos (2012).